… y de repente hizo ¡BOOM!
¡Vaya caos que he montado!
Dios mío, qué desastre soy: ¡mi pastel ha explotado! Yo no sabía que un poco de harina, nata y chocolate podía hacer tanto ruido… Una bomba, mir queridos Pandas, parecía una bomba! Y claro, la cocina está que no se puede ni mirar.. ayayay, que caos… Esto no se arregla ni con magia…
Kamaria, ¿pero que ha pasado? Estaba en mi estudio preparando mi próxima colección de moda cuando hoy una explosión: ¿qué truco de magia estabas practicando?
¡Hola Lili! ¿Truco de magia? Ni magia ni nada… Estaba cocinando…
¿Cocinando? ¿Y a qué venía el cañonazo? ¿Estabas disparando a algún ingrediente que se te resistía? jijiji
Sí si, tu ríete, que yo tengo un caos en todo el castillo que vamos… Oye, yo creo que esto de cocinar no es lo mío. Creía que sí, pero parece que no… Lili, guapísima, ¿me echas una mano? Ya sé que me había comprometido a hacerlo yo para la fiesta, y que tú tienes bastante con preparar los gorritos, pero… porfa.. ¿me ayudas?
Claro, mujer, claro que te ayudo.
Bueno, más que ayudar.. ¿podrías hacerlo tú por mí? Yo ya ni me atrevo a poner un pie en la cocina.
¡Jajaja! No te preocupes, ya me encargo yo. Aunque voy a tener bastante trabajo, la verdad… Estaría bien si algún que otro Panda me echase una mano! Pandas, ¿a que me váis a ayudar?
Buf, gracias, me sacas de un apuro! Claro, los Pandas te ayudarán.
Pandas, pues ya habéis oído: Lili se va a encargar del pastel, y estaría muy bien si os pasáis por el salón de belleza y le preguntáis. Es un encanto, ¡que haría yo sin ella! Ah, por cierto, aquí lo último que Lili sacará a los escaparates de moda de Panfu: ¡perfecto para la fiesta!
Love and Peace
Kamaria
Kamaria prepara un pastel
¡Qué pasa Pandas!
¡La fiesta pijama, genial! ¡Qué bien se lo pasan los Pandas en las fiestas, eh? ¡Jajaja! Me encantan las fiestas pijama: felicidades, Mr Curley, su fiesta ha sido todo un ésxito!
Cambiando de tema: Como ya seguro sabréis todos, Max y Ella vuelven pronto de su vuelta al Mundo – y parece que ha pasado “algo” – ¿habéis leido lo que escribieron? Yo soy bruja y sabía hace tiempo que iba a pasar
Por eso e pensado que es la excusa perfecta para hacer otra fiesta: ¿Quién se apunta a ayudarme a darles lafiesta sorpresa más grande que jamás hubo en Panfu? Lo tengo ya todo organizado:
Yo me voy a encargar de hacer un pastel. Me encanta hacer pasteles. De niña hacía muchos, me acuerdo, aunque entonces no teníamos los electrodomésticos tan modernos que tenemos ahora. Y yo la verdad es que no me apaño mucho… La última vez que intenté usar mi horno me explotó todo y tuve que estar una semana limpiando la cocina.. Ay, mis pobres riñones, cómo me dolían después.. Pero no os preocupéis, que una Bruja como yo siempre tiene sus trucos y recursos. Eso sí, que nadie se asusté si oye algún ruido más alto de lo normal en Panfu estos días…
También Penny y Lili van a echarme una mano: Lili se va a encargar de hacer gorritos para la fiesta, y Penny va a pintar un cartel.. ¿O era al revés? No me acuerdo bien – ay, tanto ajetreo a mis años… Será mejor que el miércoles les preguntéis vosotros mismos cómo podréis ayudarlas - sería muy amable, y seguro que os os dan algún regalo y consejo para la fiesta.
¿Qué más tenía que contaros yo?.. Ah, sí! Estuve en la máquina de los obejtos sorpresas, y adivinad cuál es el objeto de esta semana:
Perfecto como decoración para una fiesta, ¿no? Y también pensado para fiestas, por si a alguien no le ha dado tiempo a comprar o preparar comida para sus invitados:
¡JAJAJAJA1 Yo me parto con los diseñadores de moda de Panfu, qué ideas tienen. Son disfraces muy apetitosos, ¿alguien tiene hambre! ¡Jajaja! Ay, para, que me duele ya el costado de la risa…
Love & Peace
Kamaria
Nuestra vuelta al Mundo se acaba
¡Hola Pandas!
Entonces, ¿queréis saber qué pasó en la Pirámide del Terror?. Recordáis, ¿no?, que Max dio un grito heróico y saltó frente a la momia para defenderme – pues fijaos si fue efectivo que la momia se chocó contra la pared del susto y se calló al suelo.
Max y yo nos abrazamos aliviados – ¡de la que nos habíamos salvado!
Entonces Ella me dijo: “¡Max, me has salvado la vida!”. Claro, eso me hizo sentir el Panda más “cool” del mundo.
Si, fue bastante cool, puedes estás orgulloso.
Pero de repente la momia se volvió a mover. “¡Aua, mi cabeza!…”, dijo. Max empezó a tirar de un extremo del papel higiénico que la envolvía, tiró y tiró y al final… “¡Pero si no es ninguna momia!”, dijo Max. Y en efecto: ¡era sólo un niño disfrazado! “Vaya, me habéis pillado… Yo sólo me había disfrazado de momia para dar un poco de miedo a la gente de por aquí, para que así nadie se atreviese a entrar en esta pirámide… porque esconde un secreto. Pero no he podido con vosotros: ¡sois demasiado valientes! Así que tendré que enseñaros nuestro pequeño escondite. ¡Seguidme!”
Pues la falsa momia nos condujo a través de largos y estrechos pasadizos más y más dentro de la pirámide, hasta llegar una minúscula puerta – muy pequeña incluso para un Panda. Pues la abrió, y nos invitó a entrar – y lo que vimos allí nos dejó boquiabiertos. Nuestros ojos no creían lo que veían. Los cerramos y volvimos a abrir un par de veces, y… sí, era cierto: ¡increible!: Frente a nosotros teníamos un cuarto de juegos, pero en lugar de decorado con peluches “normales”, allí todos los peluches “vivían”! ¡Sí! Divertidos monitos saltando por todas partes, loros y otros pajaros volando y cantanto, mariposas, hasta un conejito creí ver… Y en el medio de todo esto una niña con su ordenador. “Max, Ella, ¿qué sorpresa, qué hacéis aquí? ¿Cómo me habéis encontrado?”, dijo. ¿Cómo sabía quién eramos?, nos preguntamos. Pero enseguida descubrimos la respuesta: ¡estaba metida en Panfu y jugaba con su Panda!
Nosotros, todavía estupecfactos, no sabíamos qué decir. “¿Eres tú la hija del misterioso hombre de Scotland Yard?”, preguntó Max. “Tenemos una carta que nos encargó para tí”. “¡Hola! Soy Emma.. ¿una carta de mi padre? ¿de qué puede tratarse?”. Cogió la carta y leyó en voz alta:
“Querida hijita mía, ¿cómo estás? Si estás leyendo esta carta, es que mi sorpresa ha funcionado: ¡aquí están, Max y Ella, en vivo y en directo para tí – espero que te gusta laa sopresa”
“¡Sí, me encanta! Yuju!!! Max y Ella en carne y hueso! ¡Voy a llamar a todos mis amigos!”
Ahora entendimos todo. Así que todo era una sorpresa de su padre.. qué bien nos había tomado el pelo! No nos quedó más remedio que tomárnoslo a broma: a fin de cuentas estábamos en un sitio superinteresante. Los niños de esta zona habían montado un fan club de Panfu dentro de una de las pirámides, y para que no se llenase de turistas o de gente que les molestase se turnaban para disfrazarse de momia aterradora y mantener la zona despejada: ¡muy ingenioso! Dentro habían montado una especie de cibercafé-zoo-sala de juegos-y club fan de Panfu, con algunos ordenadores donde varios amigos podían conectarse y jugar a Panfu juntos. ¡Tenía una pinta estupenda!
Enseguida llegaron los amigos de Emma y en un periquete se montó una animadísima fiestas: cantamos, bailamos, jugamos, reimos… De repente Ella se acercó y me susurró: “¡Max, acompáñame, vamos a ver el atardecer!”. Me cogió de la mano y me llevó fuera. De la mano subimos hasta lo más alto de la pirámide, y nos sentamos muy juntitos. Era tan romántico… y las vistas tan preciosas… Ella se acercó más a mí… “Hoy te has portado como un valiente, Max”…. Era todo tan bonito… Se acurrucó junto a mí: “Max, eres mi héroe”… Era como un sueño… Entonces me miró a los ojos, se acercó más… Y entonces pasó:
¡Ella me besó!
¡Jijiji! Sí… Bueno, ya lo sabéis todos -¡era inevitable! Seguro que todos esperábais que tarde o temprano pasase..
No, yo no lo esperaba
¡Mentiroso! ¡Jaja!
¡Jajaja!
Bueno, en nada estamos ahí en Panfu con vosotros, y podemos daros más detalles
Ah, por cierto, que casi se me olvida: ya enviamos la última postal a Panfu: ¿habéis adivinado ya la palabra? Que sepáis que el regalo sorpresa ya ha llegado también a Panfu: era demasiado grande como para llevarlo en le mochila.
Max y Ella en México / Parte 3
¡Hola Pandas!
Ayer os estábamos contando nuestras aventuras en México cuando nos llamó Kamaria: nos contó algo acerca de una super-mega-fiesta pijama que está celebrando Mr Clown en el castillo, con guerras de almohadas incluidas… ¿sabéis algo de eso? Nos preguntaba si nos iba a dar tiempor a ir… ¡Qué rabia, la de cosas que nos estamos perdiendo en Panfu! Ay, cómo echamos de menos nuestro Panfu… ¡y a vosotros!
Bueno, no te pongas sentimental, que en eso soy yo la experta.
Cambiando de tema: la Pirámide del Terror. Yo no quería entrar ahí por nada del mundo, pero beno, Max me convenció. Cogidos de la mano atravesamos la entrada llena de telarañas, animales y yo no sé qué mas cosas… a mí me temblaba todo el cuerpo…. ¡Qué miedo! No se veía nada, pero gracias a Dios Max se dio cuenta de que tenía una linterna en su bolsillo – así al menos veíamos donde pisábamos… ¡Qué pasadizo más largo! Parecía que no tenía fin… Además se oían extraños sonidos provenientes de más adelantes, que le ponían a uno los pelos de punta… Algo así como cadenas rastrándose, alguien rasgando papeles…
De repente descubrimos en el suelo un torzo de papel higiénico: era lo último que nos podíamos esperar allí… ¡Qué raro!. Papel higiénico desenrollado… Lo seguimos, muy alerta, paso a paso, siempre adelante… Hasta que tuvimos que torcer a la derecha – el pasadizo se hacía más y más estrecho… ¡Y se nos apagó la linterna! No veíamos nada de nada, así que nos guiamos por el tacto: fuimos tocando el papel hasta llegar a una esquina.. Ay, que miedo… Allí parecía haber algo con forma humana, pero muy frio, algo duro.. una estatua? Toda envuelta en papel higiénico.. qué raro..
“¡Max, es una momia!”, gritó Ella desesperada. Entonces la momia se giró hacia nosotros. Aterrorizado me di cuenta de que sólo tenía unos segundos para reaccionar…
Max saltó como un león justo delante de la momia y gritó: “¡¡¡No se te ocurra tocarle ni un pelo a mi Ella!!!”
Muy heróico – ¡Jijiji!
Y entonces la momia dio un grito… de miedo! ¡La momia tenía miedo! Y gritó: “No, no soy lo que pensáis, estáis muy equivocados!!”, mientras corría en círculo. Algo raro estaba pasando, y yo no me enteraba muy bien de qué.. Algo muy raro.. ¿Dónde se ha visto una momia con miedo de unos Panditas?
¡Eh, que yo no soy solo un pandita!
Mañana os contamos lo que paso con esta momia poco típica.
¡Mantened las orejas bien abiertas!
Max y Ella
Max y Ella en México / Parte 2
¡Hola Pandas de Panfu!
¡Vaya día que tuvimos ayer! Yo creo que nunca antes había pasado tanto miedo.
Para mí, por el contrario, con lo machote que soy, fue poca cosa
¡Embustero! Max, se veía perfectamente cómo te corría el sudor por la frente.
¿Yo, sudor? Quizá una gota, como mucho dos – y por el calor, no por el miedo.
Max sólo disimula, pero creedme, él también pasó mucho miedo.
¡Ah, pero aún no sabéis de qué va la historia! Os cuento:
Pues ayer fuimos en autobús hasta donde indicaba la dirección de la carta que teníamos, ya sabéis, la que el misterioso personaje de Scotland Yard nos entregó para su hija. Tuvimos que seguir a pie a través de un estrechísimo sendero que atravesaba una espesa jungla. No os podéis imaginar cuántos monos había: ¡y qué ruidosos! Parecía que estaban muy exhaltados, sin parar de gritar, como queriendo avisarnos de algún peligro … ¡Glup!
Bueno, pues seguimos el camino, luchando contra las plantas que lo cruzaban, cuando de repente llegamos a una explanada y un paisaje espectacular se presentó ante nuestros ojos: gigantescas pirámides se alzaban majestuosas hasta el cielo, tan altas, que la vista no alcanzaba a ver el final… ¡Uau! Era espectacular… Y una de esas pirámides debía ser la que buscabámos… No tardamos mucho en encontrarla: justo frente a nosotros había un calavera esculpida en piedra en la entrada de una de las pirámides – no podía ser otra… ¡Vaya lugar para vivir! A mí me parecía muy raro…
Tanto que echaste a correr como una loca en dirección contraria, presa del pánico. Yo la alcancé y la convencí que o ahora o nunca: era nuestra única oportunidad de entregar la carta. ¡Teníamos que entrar ahí! Así nos armamos de valor, y…
¡Tarari-tarari!
Max, tu teleféfono suena.
¡Ah, sí! A ver.. ¡Es Kamaria! Pandas, tenemos que dejaros…
Pero no os preocupéis: el viernes os contamos qué pasó en la tenebrosa pirámide….
Mientras tanto,
¡mantened las orejas bien abiertas!
Max y Ella
¡Fiesta Pijama!
¡Qué pasa Pandas!
Lo primero de todo: ¡JAJAJAJAJA! ¡Qué bien me lo pasé el otro viernes! Me reí tanto que estado ronca hasta hoy: no podía hablar nada! Pero ya estoy mejor. Es que no podía parar de reir… ¿Ya sabéis, no? Fue el día del Panda de Oro, y para mí fue mejor que nunca. Es que lo de las televisiones y los microondas andantes… JAJA… Ay, que risa, madre mía… Yo ya no estoy para estos trotes.
Normalmente necesito una seman para recuperarme de estos acontecimientos, pero esta vez tendré que darme prisa: ¡porque tengo una nueva sorpresa! ¡¡Una fiesta pijama en Panfu!!
Os cuento cómo me enteré: esta mañana fui a darme un baño al Supertobogán gigante (por las mañanas hay menos gente, ya sabéis, y así no tengo que esperar tanto y no me salpican y me estropean la peremanente). En cuanto Mr Curley me vio vino corriendo hacia mí:
“¡Kamaria! Este jueves organizo una fiesta pijama: ¡por favor, ayúdame a correr la voz!”
“Claro, por supuesto, cuenta con ello! ¿Y se puede saber por qué?”
“Jeje – muy fácil: porque me gustan las fiestas! Soy el payaso de Panfu, y mi misión es hacer que todo el mundo lo pase bomba. Por eso monté el Supertobogán, y por eso voy a organizar la fiesta pijama: va a ser genial! Ya he empezado con la decoración:”
“Qué buena pinta! Sí, me parece una muy buena idea. En el catálogo de Panfu hay camisones y pijamas tan bonitos… A mí me da pena ponérmelos sólo para dormir… Ay, pero son sólo para los Pandas de Oro…”
“Sí, pero ya he pensado en eso: todo el mundo podrá encontrar algo con que disfrazarse para entonar con la fiesta – pero no os digo más, en un secreto – el que se pase por mi fiesta sabrá más!”
“Vaya, muy bien: cuenta conmigo!. Entonces, en el castillo: pero cuándo?”
“El jueves! Un gran evento y como tal durará varios días… Tengo que irme a buscar más almohadas: quiero hacer la batalla de almohadas más grande de la historia de Panfu, y que vuelen plumas por todo el castillo ”
Como véis, una noticia muy interesante! Otro gran evento en Panfu! Madre mía, cuánta marcha…
Ah, por cierto: Max y Ella visitan el último país en su vuelta al mundo: México! Esto ha inspirado de nuevo a nuestros diseñadores de moda y de interiores, y mirad las novedades de nuestros catálogos:
Me gustaría ver cómo abraza uno con este difraz a un buen amigo… seguiría siéndolo después? O cómo de cómodos serán los muebles: pincharán de verdad? o será sólo decoración? Yo creo que antes de probarlo espero a que alguien me comente… ¿Quizá alguien se atreve y nos cuenta a todos su experiencia en el blog?
Love & Peace,
Kamaria
Max y Ella en México / Parte 1
¡Hola Pandas!
Apenas pusimos un pie en México Max salió disparado al primer puestecito que encontró y se zampó dos enchiladas – claro, os podéis imaginar qué pasó…
Auauaua.. mi tripa…
Max lo está pasando bastante mal. Cuando el guardallaves de nuestro hotel oyó los gritos de Max nos comentó que seguro que se trataba de la venganza de Moctezuma.
¡Pero si no he hecho nada a ningún Montezumo o lo que sea! Au… Ni siquiera le conozco…
No hombre, Max: se trata de un leyenda, ¿no la conoces?
Moctezuma era un importante propietario y señor de muchas tierras en México. Un día su territorio fue invadido: él intentó defenderlo, y cayó en el campo de batallas. Pero antes de morir lanzó una maldición que perseguiría a todo aquel invasor que intentase pisar su territorio y le haría sufrir con toda su furia una terrible venganza…
Pero si yo no soy ningún invasor, sino sólo un turista…
Las leyendas sólo son verdad a medias, ya sabes… Yo creo que el guardallaves sólo quería tomarte el pelo un poco, Max.
Ja ja – ja. Qué gracioso.
Pero cambiando de tema: ¿os acordáis de aquel misterioso señor en Scotland Yard que nos dio una carta para su hija en México? Por suerte me acordé, encontré la carta (un poco arrugada, espero que no se enfade) debajo de todos nuestros bultos en la maleta, y busqué la dirección. Pero imposible de encontrar. Así que decidimos preguntar en la información turística. Cuando la ambale señorita que nos atendió leyó la dirección que estaba escrita en la carta, desapareció su sonrisa de inmediato. Nos miró con cara aterrorizada y nos dijo: “La dirección lleva a un lugar muy peligroso: la Pirámide del Terror. La encontraréis en la región de Palenque. Allí vivió hace muchos años el pueblo maya. Pero nadie se adentra en la Pirámide del Terror, porque está habitada por fantasmas y zombis “.
Puuhh.. A mí se ma ha puesto la piel de gallina, sólo de oirlo.. ¿De verdad queremos ir allí, Max?
¡Aj, por supuesto que sí! Seguro que se trata sólo de otra de esas leyendas, como los dragones en Polonia. Mañana seguro que me encuentro mejor y bien tempranito nos vamos a Palenque: sabes muy bien que se trata de un encargo especial de Scotland Yard. ¡No podemos fallarles!
Bueno, sí, vale, tienes razón, hay que hacerlo… Pero a mí me entran escalofríos sólo de pensarlo… ¡Espero que todo salga bien! ¡Deseadnos mucha suerte!
Y mantened siempre las orejas bien abiertas
Max y Ella.
Max y Ella en Australia / Parte 3
¡Hola Pandas!
Ayer nos quedamos contándoos cómo Max se lanzó como una furia tras el canguro. Más que un panda parecía un toro muy cabreado, echando humo por las orejas y más rojo que un tomate. Es que Max es para verlo cuando tiene hambre.. y si además le han quitado la comida y se burlan de él, ya ni os cuento. “¡Verás cuando te coja!”, gritaba sin parar ¡Se había vuelto loco! Pero de poco le sirvió, la verdad: tanta furia no sirven de mucho cuando se trata de un canguro con patas 10 veces más grandes que las de un osito panda, por muy enfadado que esté. Max empezó a cansarse y la distancia que lo separaba de su presa y de su chocolate se hacía más y más grande…
Pero entonces tuve una brillante idea.
Yo había visto en los documentales que los canguros son animales muy curiosos. Así que decidí tenderle una trampa: me paré en seco, dí un fuerte grito y me dejé caer al suelo. Me quedé muy quieto, con los ojos cerrados y patas estiradas, haciendome el muerto, y esperando a que el canguro picase el anzuelo y se acercase a ver qué había pasado.. ¡y lo hizo! Enseguida oí cómo se acercaba lento pero seguro hacia mí: “¡Poing! ¡Poing! ¡Poing! … ¡POING!”. Estaba tan cerca, que incluso podía oler mi ansiado chocolate. Tensé los músculos, preparándome para el ataque, abrí los ojos, preparado, listo, y … ¡Oh! ¿Sabéis lo que ví? Un bebé canguro saludandome con una mano desde la bolsa de su madre – y con la otra comiendo mi chocolatina. Tan mono…. Claro, no pude hacer otra cosa más que dejarles ir…
Mi tatara-abuelo Pan Lee diría que tienes un buen corazón, Max.
Sí, ya.. Pero tú también, Ella.
Es que Ella se apiadó de mí y me dio la mitad de su bocadillo de queso De todas formas nos quedamos con tanta hambre que para cenar nos permitimos el lujo de pedirnos una super-pizza-familiar sólo para los dos. ¡Comimos tanto! No podíamos mantenernos en pie, así que tuvimos que irnos a la cama rodando
Yo todavía estoy llena.
¿En serio? Yo estoy deseando llegar a Méjico para tomarme una buena enchilada Por cierto, que no os hemos dicha nada: mañana nos vamos a Méjico. Va a ser nuestra última parada en esta vuelta al mundo: ¡Muy pronto estaremos de vuelta en Panfu! Kamaria nos cuenta todo lo que nos estamos perdiendo: carreras de coches, conciertos, bodas, días de panda de oro, televisores andantes, nuevas casas gigantescas… ¡Así que preparaos, que volvemos!
¡Mantened las orejas bien abiertas!
Max y Ella
No hay comentarios:
Publicar un comentario