Mensaje Dorado
¡Qué pasa Pandas!
Ayer estuve mirando mi bola cristal, y percibí que un gran evento va a tener lugar mañana … Al principio no estaba segura, así preparé mi pócima especial para adivinar el futuro, y me confirmó también mis sospechas…
Mis queridos pandas: ¡Mañana será día del Panda de oro! ¡Sí, de verdad! ¡Mañana viernes!
Ya sabéis: en ese día todo Panfu estará a vuestros pies. Podréis montar a caballo, hacer carreras de coches, visitar la escuela submarina y comprar ropa y muebles para vuestra casa. Eso sí, tened en cuenta que cuando compréis muebles y ropa sólo podréis usarlos mientras seáis Pandas de Oro. Al día siguiente no los podréis usar, aunque todo lo que compréis estará guardado en vuestro perfil, y cuando seáis Pandas de Oro (o cuando llegue otro día del Panda de Oro) podréis usarlo.
¡Va a ser genial! Tengo unas ganas de que llegue mañana… ¡Espero veros a todos en Panfu! Una pena que Max y Ella también se lo vayan a perder… Yo pienso hacer muchas fotos y enseñárselas. ¿Se va a atrever alguien a disfrazarse de televisión? Para los que prefieran otro estilo, nuestros modistas, inspirándose en las aventuras de nuestros amigos Max y Ella en Australia han sacado una nueva colección:
¿Qué os parece? Yo creo que a mí el traje de rayas de trigre o leopardo o de lo que sea me quedaría bien… aunque lo que más me gusta es el sombrero con dientes de cocodrilo… Hum… ¿Y mezclarlo todo? Experimentad, queridos Pandas, y a ver quién está mañana más a la moda! ¿O quizá alguno de vosotros tiene alguna petición especial para nuestros modistas? Decidme decidme, que igual puedo hacerles alguna sugerencia
Día de Panda de Oro… estoy tan contenta como si me hubiese tocado la loteria
¡Love & Peace!
Kamaria
Max y Ella en Australia / Parte 1
Queridos Pandas,
aquí estamos en Australia, también conocida por „Down Under“ – ni idea de por qué. ¿Quizá alguno de vosotros lo sabe?
Australia parece ser un continente bastante peligroso: no sólo viven aquí más animales venenosos que en cualquier otro lugar, como serpientes y arañas… también hay un agujero gigante. Nada más desembarcar en el areopuerto oímos en la información: “Estimados turistas, no subestimen la peligrosidad del agujero de ozono, y protéjanse contra él…”. Así ahora ando con mucho cuidado, no vaya a caerme dentro. Cada paso miro bien dóndo pongo el pie, por si acaso… Aunque la verdad, aún no he visto ningún agujero, ¿tú, Ella?
Pues tampoco… No sé qué querría decir el señor del aeropuerto exactamente, pero será mejor que mantengamos los ojos bien abiertos, por si acaso.
¡Tengo una idea! Deberíamos ir cogidos de la mano. Así puedo sujetarte si te caes en el agujero, o tú a mí, si soy yo el que caigo. ¡Así es imposible que nos pase nada!
Oh, bueno, vale
Será mejor que vayamos a comprar crema de protección solar: el señor en el aeropuerto dijo también que aquí el sol es muy peligroso, así que será mejor que protejamos bien nuestra piel, o nos quemaremos… que estamos más blancos que la leche.
¿Quemarnos? ¡Oh, no! ¡Mi hermosa piel blanca! ¡Noooo!
Tenemos que buscar un supermercado de inmediaro, ahora mismo, ¡ya! Oh, mi piel empieza a picar… ¡Ella, vamoooos!
¡Vale vale, ya voy!
Como véis, tenemos un poco de prisa, pero pronto escribimos de nuevo, y…
¡Ellaaaaa! ¡Me quemoooooo!
¡Sí, ya voy! Qué exagerado…
¡Mantened las orejas bien abiertas!
Ella y Max
Novedades en Panfu
¡Qué pasa Pandas!
La boda fue genial, ¿eh? Tan romántica.. ¿Os gustó? Ya, fue una pena que los novios se marchasen tan rápido y no se quedasen al baile, pero entendedlo, ¡estaban ansiosos por comenzar su luna de miel!
¿Qué os paerció mi papel en la ceremonia? ¿Creéis que lo hice bien? Espero que pronto haya otra boda en Panfu y yo pueda oficiar otra vez la ceremonia Me lo pasé tan bien, que hasta hoy no me he recuperado para poder volver a escribir Pero aquí estoy de nuevo! Por ejemplo, tengo noticias de los modistos de Panfu: han sacado una nueva colección a los escaparates: “moda electrodoméstica”, y mañana martes encontaréis en el catálogo nuevos trajes muy interesantes – he conseguido unas fotos para vosotros:
¡A mí me parecen muy divertidos! A una Panda de mi edad no le pega eso, pero quizá a algún Panda más atrevido sí: seguro que pronto tendremos en Panfu televisores y microondas andantes. ¿Quién sabe si los televisores podrán dar las noticias y los microoandas preparar hamburguesas mientras caminan? Jajaja…
Por cierto, también hay novedades en las casas: ¡ahora tendremos casas ampliadas en Panfu, con varias salas! Sí, muchos las habíais pedido, pues con tantos muebles, amigos, mascotas… apenas había sitio. Sería bueno que los Pandas de Oro hiciesen fiestas en sus nuevas casas e invitasen a los demás, ¿no? ¡Podría ser muy divertido! Los arquitectos me han dicho que el jueves estarán disponibles, pero aquí tenéis algunas fotos:
¿Y, qué me decís? ¿Algún mensaje para nuestros arquitectos? Porque yo estoy muy agusto en mi castillo, y ya estoy muy viejecita para mudarme, que si no quizá me mudaba a la nave espacial, con esas vistas tan galácticamente interesantes…
Love & Peace
Kamaria
Max y Ella en Asia / Parte 4
¡Hola Pandas!,
Os escribimos desde el aeropuerto de Hong Kong, mientras esperamos nuestro avión para Australia.
Sydney, para ser más concretos.
Vale, sí, Sydney – es que Max está un poco ofendido.
Tss… ¡en absoluto! Le habría dado su merecido al ladrón, si tú no te hubieses entrometido.
No estoy yo tan segura… Bueno, os cuento qué pasó:
Pues bien, durante nuestra estancia en el Tibet Max ha estado yendo muy a menudo con los monjes a “meditar” – lo que yo no sabía es que más bien lo que ha estado haciendo ha sido recibir lecciones de Kung Fu por parte de uno de los monjes, que resultó ser un maestro. Max lo hacía a escondidas, no quería que me enterase, pues sabe que estoy en contra de la violencia.
En Kung Fu no se practica la violencia, sino todo lo contrario. Se trata de aprender a defenderse cuando uno es atacado. Yo sólo quería poder defenderte cuando algún malvado personaje quisiese hacerte daño, Ella.
Ya lo sé, Max.. es muy bonito de tu parte. A veces eres muy dulce.
Psss… ¡¿Dulce?! Yo no soy ningún dulce.
Uy.. Bueno, es igual. El caso es que Max tuvo oportunidad de mostrar su habilidad en Kung Fu. Ibamos camino al aeropuerto, a toda prisa, pues llegábamos tarde, cuando de repente sentí cómo una mano agarraba mi bolso. “¡Al ladrón, al ladrón!”, comencé a gritar. Yo sujetaba mi bolso con todas mis fuerzas, pero el ladrón tiraba fuerte, y yo sabía que no podría aguantar mucho … Pero Max acudió enseguida al rescate. Sólo que en lugar de ayudarme a tirar del bolso se situó justo al lado del ladrón, levantó una pierna del suelo y empezó a hacer gestos con los brazos, como si nadase contra corriente. ¡Ja ja ja! Teníais que haberle visto, mi valiente Max… Parecía uno de esos pájaros, un flamenco, que intenta echar a volar pero que no acaba de salirle bien…
¡Eso era Kung Fu, Ella! Vi cómo el monje maestro del monasterio hacía eso exactamente… Aunque la verdad es que a él le salía un poco mejor…
El ladrón se quedó boquiabierto mirando a Max, sin saber cómo reaccionar, así que aproveché el momento de confusión para darle un fuerte pisotón. “UAUAUAAA”, gritó. Le hice tanto daño que tuvo que soltar el bolso. Escapó cojeando, y yo recuperé mi bolso. Y mientras Max seguía allí haciendo aspavientos y
manteniendo el equilibrio con una sola pierna…
No lo has entendido, Ella: ¡era la técnica del espantapájaros! Surtió efectó, ¿no?
Esto… Bueno, la verdad es que sí. Yo recuperé mi bolso y ambos salimos intactos. ¡Muy bien!
Y ahora nos vamos a Australia. ¡Estoy superemocionada!
Mantened las orejas bien abiertas,
Ella y Max – el maestro Kung Fu
P.S.: Con tanta acción hemos olvidado preguntaros: ¡Qué ta lal boda? Seguro que estuvo genial…¡Tenéis que contádnolo con todos los detalles, por favor! ¡Y falicitadles de nuestra parte!
¡Sí, por favor! ¡Que vivan los novios! Tanana, ya se han casado, ya se han casado…
Max, mejor si lo dejas, que hasta ahora no ha llovido ni un día..
Max y Ella en Asia / Parte 3
August 15th, 2009Buenos días mis queridos Pandas,
no sabía que los monjes se levantaban tan temprano, incluso en el fin de semana. Esta mañana Max y yo dormíamos como troncos y de repente sonó el gong: ¡DOOOOONG!
Saltamos de la cama como disparados, despiertos y listos para la acción. Max se fue con los monjes a meditar, no sé qué será eso – ¿alguno de vosotros lo sabe, por casualidad?
Bueno, mejor para mí, así tengo ahora un rato de tranquilidad para acabar de contaros la historia de mi abuelo. Pues como os iba diciendo, mi tatara-abuelo se marchó de Panfu en busca de sus antecesores, pero sin mucho éxito. Estaba a punto de perder la esperanza, cuando de repente…
Casi había perdido la esperanza, cuando de repente oí un murmullo… Me acerqué, pero había tantos bambús que no me dejaban ver nada. ¿Qué podría ser?. Luché con todas mis fuerzas para atravesar el espeso manto de bambús, cuando de repente: ¡PLUMPS! – me choqué con una enorme pared. Pero no era una pared normal, dura y fria. Ésta era más bien blandita y calentita… giré mi cabeza arriba… y entonces ví dos ojos negros grandes como platos mirándome fijamente: ¡era un verdadero oso Panda! Debía ser al menos tres veces más grande qeu yo. ¡Increíble, al fin lo había encontrado!
Pláidamente mascaba un bambú que sujetaba con su mano izquierda. Me miraba entretenido, curioso. Y entonces empezó a andar. Se giró y me miró, como indicándome que le siguiese, así que lo hice. Me llevó a un escondite donde había.. ¡un precioso bebé Panda!. Pues resulta que el gran Panda era una mamá Panda que buscaba un compañero de juegos para su hijo. ” ¿Por qué no?”, me dije. Pero al cabo de una semana me cansé de estar todo el día jugando. Además estaba hasta las orejas de bambú, y hubiese dado todo por un sabroso plato de espaguetti… Así que decidí continuar mis aventuras, me despedí y comencé un nuevo viaje hacia Pekín. Pero eso ya es otra historia…
Vaya vaya, interesante, ¡no? ¡Poder estar tan cerca de un verdadero oso Panda, tocarlo y jugar con él! Pero si yo me encuentro en medio de un bosque algo tan grande creo que me llevaría un buen susto … Aunque la verdad es que los Pandas son normalmente muy cariñosos, especialmente los Panfu-Pandas
Bueno, voy a echar un ojo a Max y ver cómo medita
Y por favor, ¡mandad saludos a Penny y Lenny de nuestra parte! Ay, que rabia me da, no poder estar allí…
¡Mantened las orejas bien abeirtas!
Ella
Ah, por cierto: ¡os hemos enviado otra postal! El cartero nos comentó algo de “la sala de la sabiduría”… ¿Una idea de a qué puede referirse?